Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, arpegio es la sucesión más o menos acelerada de los sonidos de un acorde. Algo similar es lo que está ocurriendo con el Gobierno regional de Extremadura.
En lugar de aportar respuestas a las necesidades de ciudadanía se dedican, prioritariamente, a resaltar que el motivo de su inacción es por culpa de la presunta mala gestión del ejecutivo anterior.
Todo esto, podría estar justificado en tiempo de campaña electoral: los posibles votantes se movilizan al captar lo mal que podemos estar y confían en alguien diferente para abordar los problemas que les atañen más directamente.
Lo que no tiene el mínimo sentido es que, casi un año después de ocupar el Poder, no veamos las mejoras demandadas y sí mucho discurso hueco ( que incluso podría entenderse en los primeros meses) de que llevamos muchos años retrasados, siempre focalizando las causas en otros.
¿Cuándo vamos a conocer los resultados? Salvo en cuestiones plenamente ideologizadas y que, incluso se pueden comprender pues atienden a sus más fieles, la “marca” de la derecha quedará en cada consejería en todo lo que esté alejado de políticas sociales o que universalicen el acceso a la educación y a la cultura.
No puedo objetar nada acerca de sus intenciones legislativas. Hacen valer sus compromisos electorales y están de acuerdo con sus intereses partidistas. Pero, a mi juicio, no puedo, del mismo modo, compartirlas, ya que entiendo que no van en la línea del interés de buena parte de la ciudadanía. No me gustan estos anuncios y, claro, por eso, no les voté y por la misma razón trabajaré para revertir la situación en próximas convocatorias electorales.
Fundamentalmente porque pienso que amplias mayorías no se merecen este trato. Los ciudadanos extremeños, a diferencia de los gallegos, prefirieron en mayo de 2023 meter su papeleta, mayoritariamente en la urna con el logo del PSOE y dividir el voto de las dos derechas.
Así pues, si el PP se alegra ahora de que se concentre el voto en sus siglas que se lo digan a sus socios de VOX en Extremadura. Que, por cierto, siguen liados con el tema de la Memoria Histórica. No entienden que, en ningún momento, se trata de cuestionar el trabajo de los historiadores profesionales. Lo que se pretende y en lo que desde mi punto de vista pongo mi mayor empeño, es en fomentar el impulso de los valores democráticos ( espero y deseo que no se cuestionen).
Y, sobre todo, llevarlos a la educación. Formar, cada vez más a las generaciones más jóvenes, muchos de ellos concienciados en la defensa de las libertades, pero determinados sectores con déficit en el aprendizaje y puesta al día del contenido real de estos conceptos.
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