En la celebración de los 220 años de la Fiesta del Árbol, declarada Bien de Interés Cultural en 2017, el Presidente de la Diputación recuerda la situación de los agricultores y ganaderos y pone en valor el esfuerzo de hombres y mujeres que están dando a conocer la Manzanilla cacereña a nivel internacional.
“¿Alguien se imagina si en vez de en Villanueva de la Sierra hubiera sido en Nueva York, en Madrid, en Barcelona, en París, …que hubieran hecho la primera Fiesta del Árbol en 1805? Sería una Fiesta Mundial, todo el mundo, medios de comunicación, la ONU … tendrían puesto el foco en la Fiesta. Es un orgullo que Villanueva de la Sierra siga celebrando la Fiesta del Árbol” ha señalado el presidente de la Diputación Miguel Ángel Morales para resaltar la importancia de una fiesta que se celebra en un pequeño municipio de la provincia de Cáceres –con no más de 500 habitantes- desde hace ya 220 años.
“Una fiesta trascendental para el devenir de la historia y de la humanidad en lo que supone la preservación de nuestro medio ambiente y medio natural, compaginándola, además, con las posibilidades del trabajo en el campo” y ha recordado la difícil situación que viven los agricultores y ganaderos “que lo están pasando mal”. Además, el Presidente ha recordado a las mujeres y hombres que están dando a conocer la Manzanilla cacereña “al mundo entero” y ha apuntado que “también es obligación de las administraciones públicas defender nuestro patrimonio cultural y natural”.
Así el Presidente ha mostrado su compromiso de seguir apoyando “por justicia y por necesidad” la fiesta medioambiental más antigua del mundo en el municipio serragatino de Villanueva de la Sierra y que este año, además de la recreación histórica y plantación de árboles, ha organizado una jornada dedicada al olivar de montaña.
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